Caminas dentro de la habitación, tu corazón late con ferocidad, y te piensas: “rayos, mis manos ya están sudando.”
La habitación está llena de parlanchines, y parece que todos están gritando. Piensas: “¿por qué deje la serenidad de mi hogar por esto?”
Revisas el lugar y se siente que todos te están mirando, cuando, de hecho, nadie te está mirando.
Te acercas a una pared, sacas tu teléfono, y lo revisas sin parar. Dentro de tu cabeza te preguntas “¿qué rayos hago aquí?”
Lo anterior sale en parte de mi experiencia, mi trabajo depende de reuniones y eventos como estos; es lo que mantiene conociendo posibles interesados en mis libros, conferencias y cursos.
Pero, ¿por qué ir a los eventos de networking?
Dos razones:
- Para tener una presencia general en la comunidad. Es bueno estar involucrado en la comunidad local, ser parte de, y sentirse orgulloso de la industria o área en la que laboras. Te permite mantener un pulso en las tendencias de mercado actuales, aprender de tus compañeros y competidores, y mantener tu oído alerta por cualquier novedad.
- En un sentido más específico, nosotros vamos a eventos de networking por oportunidades de negocios, desarrollo y reclutamiento
El desarrollo de negocios es una gran razón por la que vamos a los networking. La mitad de la gente que me encuentro en dichos eventos tiene la esperanza de encontrar clientes potenciales. Y para encontrarlos, hay que centrarnos en la siguiente ecuación:
Un lead es cuando encuentras alguien quien tiene un proyecto específico, el tiempo es el correcto, y un presupuesto adecuado existe.
Cuando platico con alguien en un evento, estoy escuchando y analizando en mi mente que estas tres piezas converjan. La mayoría del tiempo, espero dos resultados de la conversación: una victoria directa o plantar una semilla.
Victoria directa o plantar una semilla
Una victoria directa es encontrar un prospecto adecuado con un proyecto y un presupuesto y existe la posibilidad de entablar una relación de trabajo. Asegúrate de obtener su tarjeta de presentación o, al menos, su correo electrónico.
Más seguido que no, sin embargo, una de las tres piezas falta. El tiempo no es el correcto, el proyecto no es claro, o el presupuesto es que pequeño. ¿Esto significa que deshaces la conversación y sigues adelante lo más rápido posible? Ciertamente no. En ese instante, yo considero que se planta una semilla – generando reconocimiento de marca. La meta es que el prospecto se materialice en algún momento en el futuro. La persona con la que estés hablando puede no ser ideal en este momento pero pueden volverse un potencial cliente en el futuro, o compartirán información de ti y tu empresa. Solo tienes que esperar.
Si la persona resulta no ser un mal candidato, no le des tu espalda. Mantente dispuesto a ayudar. Una buena impresión puede brindar muchos beneficios. Nunca sabes cuando el favor se te regresará.
Así que inténtalo. Ya sea por la búsqueda de prospectos, plantar semillas, o involucrarte en la comunidad, ve afuera e intercambia unos cuantos saludos, sin importar que tus manos estén sudadas o no.
Cristopher Ramírez es emprendedor, escritor, motivador, filósofo y estratega. Ha tenido la oportunidad de desarrollar y estar involucrado en la creación de varias empresas. Es autor de Imperio Emprendedor – Mentalidad para la Era Startup, libro centrado en dar el empujón a los emprendedores a un nivel emocional. Y busca ayudar a otros a encontrar su camino hacia la grandeza. Pueden seguirlo en Twitter y en Facebook. También puedes apoyar sus creaciones en Patreon.
Crédito por la imagen: Social Here